EUROPA
PRESS
22 julio
2023
¿Por
qué la piel se 'endurece' si tomas demasiado el sol? La respuesta está en el
colágeno
Según la sabiduría popular, exponerse
mucho tiempo al sol puede endurecer la piel con el tiempo. El ejemplo más
evidente es el cutis de agricultores u otras personas que trabajan muchas horas
al aire libre, o en alguien que pasa demasiado tiempo en cabinas de bronceado o
en la playa durante el verano.
Sorprendentemente, hasta ahora se había investigado muy poco
para explicar por qué ocurre esto a nivel biológico. Por eso, investigadores de
la Universidad de Binghamton (Estados Unidos) han explorado cómo la radiación
ultravioleta (UV) puede alterar la microestructura de la piel humana. El
colágeno, la proteína fibrosa que une los tejidos, tendones, cartílagos y
huesos de todo el cuerpo, resulta especialmente afectado.
"No queremos meter miedo diciendo 'no te expongas al
sol'. Pero los periodos prolongados de tiempo bajo la luz UV pueden endurecer
la piel, así como provocar un mayor riesgo de problemas cancerígenos", ha
explicado Guy German, uno de los responsables de la investigación, publicada en
la revista científica 'Journal of the
Mechanical Behavior of Biomedical Materials'.
Este nuevo estudio se basa en investigaciones anteriores
centradas en el estrato córneo externo, que es la capa superior de la piel.
Esta vez, el equipo de investigadores comparó muestras de piel de grosor
completo antes y después de varios niveles de exposición a los rayos UV.
"Una forma de caracterizar las características
materiales de la piel es realizar una prueba mecánica de estiramiento. Si se
estira muy fácilmente, es relativamente flexible, pero si es mucho más difícil
estirarla, se puede caracterizar como mucho más rígida. Mi experimento
consistía en ver cuáles serían los efectos aislados de la luz UV y compararlos
con un escenario en el que la piel no se expone a la luz UV", detalla otro
de los autores, Abraham Ittycheri.
Los investigadores descubrieron que, a medida que la piel
absorbía más radiación UV, las fibras de colágeno se comprimían más, lo que
aumentaba su rigidez y hacía que el tejido fuera más difícil de romper.
Los autores ven correlaciones con la teoría de los enlaces
cruzados del envejecimiento, que propone que la acumulación de enlaces moleculares
indeseables a lo largo del tiempo puede causar disfunciones celulares. También
observan similitudes entre el modo en que las células del corazón y las de la
piel afrontan los daños, a pesar de tener funciones muy distintas.
"Nuestro cuerpo tiene una respuesta natural en
cualquier tejido cuando se produce algún tipo de lesión, lo que probablemente
ocurre en el estrato córneo. En primer lugar, siempre que se produce algún tipo
de debilitamiento, tiene que haber una compensación por parte de alguna otra
parte del tejido o, de lo contrario, se producirá un fallo catastrófico. Lo
mismo ocurre en el corazón cuando se sufre un infarto de miocardio: se forma
una cicatriz y el corazón deja de funcionar igual", han esgrimido.
A veces, la reacción del cuerpo te mantiene con vida, pero
no es necesariamente un buen resultado, ya que puede dar lugar a otros
problemas médicos más adelante. Averiguar la mecánica de todo esto podría
permitir a los futuros médicos dirigir las reacciones en una dirección más
saludable.
Tras esta investigación, los científicos ya están trabajando
en nuevas colaboraciones. Nuestra piel es el órgano más grande del cuerpo y la
primera línea de protección contra los microbios y otras agresiones externas,
por lo que las formas de mantenerla e incluso reforzarla son claramente
beneficiosas.
"Cualquier tipo de alteración del proceso normal de la
piel será extremadamente peligrosa y perjudicial para nuestro estilo de vida en
general. Eso sin entrar siquiera en el aspecto estético, en el que la
percepción que una persona tiene de sí misma puede verse cuestionada cuando su
piel no tiene buen aspecto", remacha Ittycheri.